Tengo la fea costumbre de copiar párrafos que me gustan especialmente. Hace poco, me topé con éste en concreto y no pude evitar divagar al respecto. Bueno, más o menos... Es como una carta abierta a Dan Brown (o lo sería si estuviera a su altura). Dejémoslo en "ida de olla" y en el uso de la segunda persona del singular porque yo soy así. Y, como leí el libro en catalán, cambio de coletilla y te digo que 'Espero que t'agradi'
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“Els
avenços de cada generació resulten ser falsos segons la tecnología de la
genreació següent”. I així havien anat les coses al llarg del temps. Com més
aprenia l’home, més s’adonava que no sabia.
Ay, Dannie, Dannie… Después de haber leído
todos tus libros (bueno, los que conozco, no sé si habrás sacado algún
otro sin que me haya dado cuenta) ya me puedo permitir ponerte motes y “criticarte”
de tú a tú. No te preocupes, seré bueno.
Siempre
me he referido a ti como “mi idolatrado y aborrecido Dan Brown” y es que te
tengo que confesar que tengo contigo una relación de amor-odio. Sí, como lo
oyes. El código da Vinci es una gran
obra, y todo su éxito es totalmente merecido bajo mi humilde opinión. En otros
muchos de tus libros aportas joyas como la frase que ha abierto esta entrada, y
además sueles plantear temas que hacen pensar. Profundizas mucho en cada uno de
ellos y das a conocer al gran público datos nuevos sobre todo tipo de cosas.
Supongo que ahora cualquier lector medio está pensando en El código da Vinci y en el colapso que pudo suponer para toda la
cristiandad, pero yo no hablo de eso. Me refiero a tus investigaciones sobre
noética, la NASA, el Vaticano… Las considero irreprochables.
Sin
embargo, no acaba de convencerme el desarrollo de tus novelas. No sólo tiendes
a hacer que resulte poco creíble, sino que llegas a rozar lo cansino. A veces la
clave de un buen libro está en la sencillez. No por ser más enrevesado va a ser
mejor, y ése es un error que has cometido en todas y cada una de tus obras.
Repito, desde mi humilde opinión.
En fin,
ya sabes que soy un buen chico y que mis “críticas” no sirven para nada, así
que me despido felicitándote por tu éxito y por todas las creaciones que han
hecho que sea merecido. También te recuerdo que he leído cada uno de tus libros
y que seguiré haciéndolo… Una de cal y una de arena, como nuestra relación de
amor-odio. Un saludo de un fan que te aborrece y un abrazo de un admirador que te idolatra.