Si hay una
palabra que se asocia con el Grado de Traducción e Interpretación (así, con
mayúsculas), ésa es Erasmus. Son muchos los proyectos de traductores que
deciden emigrar durante un curso, y son también muchos los beneficios que puede
reportar dicha experiencia. A mí me tocará vivirla, Dios mediante, el año que
viene. Ya he atravesado todas las fases previas a la solicitud (sólo queda la
espera por ver cuál será mi ciudad de residencia en el curso 2013-2014), y las
podría resumir así:
FASE 1 – documentarse… y elegir.
Esto es lo que
habría escrito en los primeros días:
“Por si mi
vida empezaba a resultar poco sencilla, ahora me meto en la aventura Erasmus.
He analizado detenidamente los destinos posibles y ME VOY A VOLVER LOCO. Hay
muchas ciudades que podrían merecer la pena, pero todas tienen alguna pega: que
si la universidad, que si el entorno, que si la posibilidad de no encontrar
alojamiento y tener que volverme a casita en octubre…”
Por suerte, al
final pude elaborar un top 3 bastante aceptable.
FASE 2 – entregar la solicitud… y
cruzar los dedos
“Por fin llega
el día en que hay que entregar los papeles de Erasmus. Tengo que ir al banco a
pagar, preguntar en secretaría si está todo bien y, tal vez, ir a la EOI para que me den algún titulo o justificante de idioma. En
fin, no parece demasiado trastorno para una experiencia que, a priori, me va a proporcionar tanto. Al
final he puesto mis tres destinos predilectos en los tres primeros lugares,
seguidos de una serie de ciudades casi aleatorias hasta un total de diez.”
Vamos, que
aquí no me quedo.
FASE 3 - ¿dudas?
“Tengo ganas
de vivir el Erasmus. Quiero saber cómo es la vida en otro país, con otra gente,
con la libertad de la que gozan los Erasmus y con las ganas de comerme el
mundo. Sólo hay un ‘pero’, y es que siempre me quedará el sentimiento de estar
desaprovechando oportunidades, de dejar en Salamanca algo (o alguien) que
verdaderamente merezca la pena. En fin, he tenido muchos años para darme cuenta
de que la vida no se limita a lo que hay aquí y, llegado el caso, puedo
rechazar la beca.”
Es normal no
estar seguro, basta con no pensarlo.
FASE 4 – esperar
Los trámites
burocráticos y administrativos hacen que las adjudicaciones de destinos no sean
definitivas hasta abril. Eso implica una espera de seis meses y muchos nervios
cada vez que piensas en la posibilidad de quedarte fuera o de que algo haya
salido mal y tu solicitud haya desaparecido. No es mi caso (nunca me pongo en
lo peor, soy un tipo optimista), así que el año que viene estaré escribiendo desde
Alemania. Y tendré muchas cosas que contar, permanece atento.
Erasmus en Deutschland :) Prepárate para bicis asesinas y farolas que no alumbran
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