martes, 27 de noviembre de 2012

¿Ciencias o letras?


Si me has leído asiduamente, o bien si tienes el gusto de conocerme, sabrás que soy de letras y de ciencias; de las dos y de ninguna...
Me gustaría pensar que aglutino las cosas positivas de ambas y que puedo sacar el máximo partido de cualquiera de ellas. Por eso, la asignatura Introducción al Lenguaje Científico-técnico no debería ser un problema para mí y, sin embargo, en clase me dedico a hacer cosas tan desconcertantes como fusionar un poema de Juan Ramón Jiménez y un breve texto explicativo sobre el diagnóstico de la diabetes. Sí, tal vez sea una aberración para las normas del buen gusto, pero es lo primero mínimamente poético que escribo en años, así que voy a compartirlo. Además, lo he prometido.
No me juzgues.

“Me embriagan los pacientes con gran hiperglucemia.
No tienen flores, sino fuerte glucosuria.
Sus síntomas son como la tarde,
estrellas tristes, bajo sus brazos mustias”

domingo, 25 de noviembre de 2012

Amanecer: la película (parte 2)


El fin de una saga siempre te deja una sensación un poco extraña (ya estamos otra vez con lo del vacío en el pecho), pero ahora voy a cambiar de tercio. No voy a hablar del libro, de la saga ni de la película. Voy a hablar de las licencias que se toman algunos directores a la hora de hacer las adaptaciones cinematográficas, porque hace poco fui al cine a ver la última película de Crepúsculo y salí bastante impactado por una de esas licencias.
Por un lado, quería gritar de indignación, de frustración y de rabia. ¿Qué está pasando? ¿Quién ha rodado esto? Por otro, no podía menos que aprobar internamente los derroteros que estaba tomando el hilo argumental. Y, por otro, acabé extasiado por un giro de acontecimientos que, en mi opinión, mejoró lo que narraba Stephenie Meyer en su cuarto libro.
Cierto, hay que tener mucho ojo antes de cambiar algo. Pero supongo que también hay que atreverse con algunas cosas porque, aunque no lo parezca, hay mucho que ganar. Yo diré que la película me gustó tanto o más que el libro, me pareció una buena adaptación y me hizo desear, una vez más, que no hubiera tantos prejuicios con lo comercial y los ídolos de masas. Yo tampoco soporto ciertas actitudes de ciertas personas, pero intentaré que eso no me impida disfrutar de buenos momentos como el que pasé en el cine hace menos de una semana.
En fin, a lo que iba. Quienes vayan a ver esta película y hayan leído el libro previamente se sorprenderán en un determinado momento; pero muchos de ellos, como yo, aprobarán el cambio hecho por el director. De hecho, creo que la película tiene justo lo que le falta al libro. Pero no diré qué, a ver si le estropeo la sorpresa a alguien.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Media docena de películas, por favor

Ya hablé hace poco de un Ciclo de Cine que iba a tener lugar durante el mes de noviembre. Pues bien, me congratula decir que he tenido la suerte de sacarle el máximo partido: he ido a ver nada menos que seis películas en tres idiomas distintos. Éstas son:

La pesca del salmón en Yemen / Salmon Fishing in the Yemen: esta película tiene título de documental. Y yo soy lo suficientemente ingenuo como para creer que, efectivamente, trataría sobre la pesca del salmón en Yemen. De hecho, no me llamaba la atención para nada y, si fui a verla, fue única y exclusivamente porque estaba en versión original, no porque me atrajera el argumento. Sin embargo, lo cierto es que resultó ser una buena película, con tintes de comedia romántica pero también toques originales y diferentes.  Además, verla en inglés hizo que ganara puntos.

El irlandés / The Guard: otra película singular, pero a otro nivel. Cómica y trágica, juega con los estereotipos de una forma poco sutil, pero muy acertada. Los personajes tienen una personalidad única y los acentos de la versión original hacen que resulte mucho más auténtica. Trama muy buena y banda sonora muy bien escogida.

Las nieves del Kilimanjaro / Les nieges du Kilimanjaro: genial. Parece una película normal en la que no ocurre nada, pero lo cierto es que cada escena esconde un trasfondo exquisito. Emotiva y enternecedora, en parte por su sencillez, es un pequeño regalo del cine francés, siempre inconfundible.

Almanya: otra película un poco fundamentada en estereotipos y tal vez algo caótica. Y ahí termina lo malo. Una familia turca emigra a Alemania, donde tiene que enfrentarse a todo tipo de situaciones, malentendidos y conflictos morales. Película sensible para todos aquellos que se hayan visto en su situación y con momentos tanto cómicos como tiernos. Muy recomendable, pero ánimo con el alemán… ¡y el turco!

El amigo de mi hermana / My sister’s sister: comedia romántica… ¿de las buenas? Me he reído mucho y no me he aburrido en ningún momento, pero tampoco podría decir mucho más. Perfecta para pasar el rato.

El Skylab / Le Skylab: prototipo de cine francés; es decir, poca acción. Narra las vacaciones de una familia francesa, en las que realmente no ocurre nada destacable. Y, sin embargo, ése es el auténtico encanto de esta película. Por lo visto, la directora (Julie Delpy) se limitó a contar su historia, a relatar una experiencia, un recuerdo de infancia. Vale, el resultado no ha acabado de convencerme pero, ¿a quién no le gustaría hacer algo parecido y narrar un bonito recuerdo?

domingo, 18 de noviembre de 2012

Ese vacío en el pecho...

Me acabo de terminar Canción de hielo y fuego: Choque de reyes, escrito por George R. R. Martin y traducido por Cristina Macía. Es un libro francamente espectacular, que te absorbe y te deja con ganas de más (espero poder empezar el tercero pronto…) y que te descubre un nuevo mundo. Sin embargo, hoy no voy a hablar de la trama ni de la saga, ya lo haré a su debido tiempo. Hoy toca abordar el vacío que te invade cuando terminas un buen libro. Ese sentimiento de que has perdido algo irrecuperable y de que una parte de ti no volverá a ser igual; esa duda existencial de si llegará un nuevo libro que esté a la altura, una historia que pueda hacerte reír o soñar… Incluso de si aparecerá otro autor capaz de mantenerte entretenido durante largas horas, noches, días…

Ahora estoy un poco melancólico y haberme terminado esta segunda parte de Canción de hielo y fuego me ha dejado algo bajo de moral. No obstante, he tenido suerte en una cosa: sé que encontraré un nuevo libro que llenará mi vacío, basta con seguir avanzando en la serie. Siguiente paso: Tormenta de espadas.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Cine e idiomas


Un famoso cine de esta nuestra ciudad tiene la sana costumbre de hacer un ciclo de películas en versión original todos los años. Es una grandísima idea, pues ofrece a sus sufridos habitantes la oportunidad de disfrutar de experiencias nuevas y emocionantes.
Además, la versión original siempre es mejor. Eso vuelve a dejar a mis queridos traductores en mal lugar, pero es lo que pienso. Los acentos, las bromas y los juegos de palabras son difíciles de mantener y, lo que es más importante, se pierde la autenticidad. No estás escuchando a tu actor favorito, sino a la persona que lo dobla. No estás experimentando lo que planeó el director, sino una versión adaptada.
Y, lo mejor de todo, este ciclo me sirve como excusa para ir al cine tanto como pueda (y más barato). Encima, las películas elegidas suelen ser buenas... Ya te contaré qué tal.