En Alemania (al menos en
Heidelberg) los mercadillos, o Flohmärkte, son muy
frecuentes... y bastante populares. En ellos puedes encontrar
absolutamente cualquier cosa, desde electrodomésticos hasta ropa
usada. Son especialmente útiles para los estudiantes que vamos a
estar en esta ciudad durante un tiempo limitado, pues podemos
conseguir artículos aceptables a mejor precio, pero lo mejor es dar
una vuelta y dejarse sorprender por lo que se puede encontrar en los
improvisados puestos.
Yo le prestaba especial
atención a los libros. La posibilidad de conseguir uno en alemán y
más barato que en cualquier otro sitio ha sido la mayoría de las
veces el principal motivo por el que he ido a estos mercadillos, y lo
cierto es que en general he tenido suerte. No sólo he encontrado un
par de ejemplares de Harry Potter por un precio irrisorio, sino que
también he comprado alguna novela infantil (más fácil de entender
que la literatura para adultos), la versión original de La ola
(Die Welle) y, principal novedad, un audiolibro. En este caso,
Der Alchimist (exacto, el celebérrimo Alquimista de
Paolo Coelho).
Cuando fui a pagarle el
CD a la mujer del puesto en cuestión, ésta me advirtió de que no
era una banda sonora, sino un Hörbuch. Yo contesté que ya lo
sabía y le di la moneda con una sonrisa y la firme intención de
escucharlo con regularidad, para que mi oído se familiarizara con el
alemán y lo interiorizara sin que yo tuviera que hacer un esfuerzo
excesivo.
Si bien no lo he hecho
con tanta frecuencia como me habría gustado (el disco sigue en mi
ordenador casi desde entonces, pero me cuesta darle al botón de
reproducir), lo cierto es que me parece una buena idea para aprender
un idioma. Las repetidas escuchas permiten interiorizarlo, retener
nuevas palabras y, por qué no, conocer una nuva historia. No es mi
caso (ya leí El alquimista hace algunos años), pero escribo
aquí al respecto para obligarme a mí mismo, al menos, a ponerlo de
fondo más a menudo. ¿Lo conseguiré? Permanezcan a la espera.