martes, 30 de octubre de 2012

Oda al otoño


Hace años, supongo que por estas fechas, me dio por escribirle una ‘Oda al otoño’. Aunque no recuerdo cómo he conseguido recuperarla, me ha arrancado una sonrisa… y me han entrado ganas de compartirla, así que aquí la tienes.

-------------------------------------------------------------------------------

El otoño es sin duda el patito feo de las estaciones; pero ahora que por fin hace frío, que se caen las hojas y que hay que ponerse abrigos y cazadoras, no puedo evitar pensar que tiene su encanto.
El principio de curso, el olor del material escolar recién comprado, una nueva rutina, Hallowe’en, los árboles de colores dorados, las hojas por el suelo, estrenar la ropa de invierno nueva, la espera de la Navidad...
En fin, que el otoño mola. Y quién piense lo contrario, que recorra el camino que tengo yo de casa a Zacut y se convencerá.

domingo, 28 de octubre de 2012

El regalo del tiempo


Las agujas de los relojes avanzan inexorablemente en su eterno recorrido circular, testigos y verdugos del paso del tiempo. No saben que miles de manos por todo el mundo se pondrán de acuerdo esta noche para frenar dicho avance y para obsequiarse a sí mismos con el regalo del tiempo.
A cambio de sesenta minutos más, tan sólo deberán pagar con un periodo de oscuridad y frío. También deberán presentar un aval: la promesa de que devolveremos esa hora robada en abril. Entonces, seremos nosotros los que recibiremos una recompensa: días más largos y luminosos, y la posibilidad de dar la bienvenida a la primavera.
Sin embargo, lo importante es que hoy no debemos bajar la guardia: el invierno acecha tras los relojes vilmente violados, mientras que los inocentes habitantes del mundo moderno tratan de apurar al máximo esos sesenta minutos que han recibido a cambio sin ser conscientes de lo que aguarda. Vulgares mortales…

viernes, 26 de octubre de 2012

El coche ha llegado solo hasta aquí


Sí, ya sé lo que estás pensando. ¿El coche ha venido por su propia cuenta o es que ha llegado únicamente hasta este punto? Si la RAE me permitiera poner acentos, esa pregunta no sobrevolaría tu mente. A no ser que dieras por hecho que no tengo ni idea de ortografía y siguieras con la duda… Pero eso es culpa tuya, por no fiarte de mí.
Resulta que a mí siempre me ha gustado acentuar la palabra ‘solo’ cuando significa ‘solamente’. Llámame lo que quieras, pero creo que era una forma de discernir quién sabía escribir y quién no. A mí, por lo menos, me hacía creerme listo… y tengo la firme convicción de que en muchas ocasiones el acento era necesario. Además, ¿qué necesidad había de retirar una norma que era opcional? ¿Por qué nos han quitado la posibilidad de seguirla? Lo mismo se puede decir de los pronombres demostrativos, que ahora, muy a mi pesar, nunca pueden ir con acento.
            De modo que desde aquí me quejo abiertamente y exijo que… Nah, es coña. Realmente sólo (con acento) he actualizado con esto porque aún no tengo claro si en este blog quiero acentuar el ‘sólo’ y los pronombres demostrativos. He pasado por todo tipo de posturas, y puede ser que en algunas entradas haya acentuado y en otras no. Ésta (con acento) me sirve de justificación.
            Realmente, en su día prometí que seguiría poniendo tildes mientras mi sustento no dependiera de ello. Sin embargo, quién sabe, puede que el día en que me gane las lentejas escribiendo bien esté más cerca de lo que pienso. Tal vez debería decidirme pronto, y cuando lo haga te lo comunicaré oportunamente. ¡Ésa es la actitud! Con acento.

martes, 16 de octubre de 2012

Vigésimo aniversario de la Facultad de Traducción y Documentación de la Usal... ¡FELICIDADES!


Bien. Resulta que este año la ilustre Facultad de Traducción e Interpretación de la Universidad de Salamanca cumple la tierna edad de veinte años. Quién los pillara, dirán los más mayores. Yo seré un poco menos profano y me limitaré a mandarle desde aquí una cordial felicitación.

Happy birthday.

No soy amigo de todas las instituciones públicas y no voy a fingir que en dicha facultad todo funciona de manera impecable, porque no es cierto. Sin embargo, tampoco voy a pasar por alto la fantástica labor que se lleva a cabo entre sus cuatro paredes cada día.

Tanti auguri.

El trabajo que se realiza en ella merece, al menos, cierto reconocimiento. Los profesores son, por norma general, excelentes profesionales que imparten sus materias de forma incuestionable. Y no sólo es destacable la forma en que dan clase y comparten sus conocimientos, también lo es la alta calidad humana de la mayoría de ellos. Cosa rara, la verdad.

Joyeux anniversaire.

Y, si el personal docente está a la altura, los estudiantes no nos quedamos atrás. En pocos sitios se encuentra esa mezcla de culturas y procedencias, y pocas facultades pueden presumir de haber permitido a tantos de sus alumnos haber explorado Europa con la ayuda de una beca Erasmus. Además, no creo que haya muchos lugares en los que se organicen fiestas de forma tan activa y donde tan alta proporción de personal participe. Ver una oda al diccionario en pleno salón de actos o cómo Abba vuelve a resurgir para representar a Suecia (esta vez en un festival de menor tirada) provoca un sentimiento que no se puede expresar con palabras. Al igual que presenciar cómo escenifican el anuncio de la batamanta un trío de profesoras. Sí, he dicho profesoras.

Molts d’anys.

 Sin embargo, no todos los buenos momentos han tenido lugar en el marco de una distendida fiesta de facultad. Desde conferencias hasta carreras por la clase o recitales de poesía improvisados, yo me he reído mucho cada día que mis pies han pisado el suelo del indescriptible edificio (y lo de indescriptible lo digo con conocimiento de causa). Incluso les he cogido cariño a las incontables horas que he pasado en la biblioteca.

Alles gute zum Geburtstag.

Por no hablar de aquellos compañeros de clase, de carrera o, al menos, de facultad, que acaban abriéndose paso en tu lista de amigos. Aquellas personas sin las que tu vida no habría sido la misma. Me estoy poniendo sentimental, así que lo dejaré aquí. Además, ya sabéis quién sois, no necesito nombraros.

Feliz Aniversário.

De modo que aquí lo dejo. Es una de mis entradas más largas, no te puedes quejar. Y, evidentemente, tengo que terminar diciendo…

¡CUMPLEAÑOS FELIZ!

domingo, 14 de octubre de 2012

¡A interpretar se ha dicho!


Hace tiempo publiqué una entrada que titulé ‘A traducir se ha dicho’. Pues bien, ahora me toca dedicarle un pequeño espacio a la otra mitad de la carrera: la interpretación.

La gran desconocida de las ramas que se enseñan en la facultad es también la que ejerce sobre mí la mayor atracción (al menos la interpretación consecutiva, que es la que estoy cursando ahora). Me gusta no sólo porque con ella se puede poner en práctica tu conocimiento de un idioma, sino también porque es un gran reto. Sí, has leído bien. Un reto.

Para empezar, son necesarios un buen manejo del inglés y un dominio “absoluto” del español. Sin embargo, también hace falta tener una buena memoria, velocidad para coger apuntes, poco sentido del ridículo… Además, ayuda ser buen orador y contar con una aceptable presencia física. Todo ello hace de cada discurso una nueva aventura y un objetivo más que hay que superar. Sea cual sea el tema, el ponente, el lugar, tienes que estar preparado para asimilarlo y listo para interpretarlo. Al fin y al cabo, y por mucho que el intérprete sea una herramienta más, sin ti la gente del público está perdida. Pobrecillos.

De modo que toma tus notas, repasa el ustedeo y hazte coleta… ¡A interpretar se ha dicho!

sábado, 13 de octubre de 2012

UNIFORM JUSTICE, by DONNA LEON


‘It’s because the parents don’t pay attention to them. I stayed home to take care of my children, and so nothing like this ever happened.’ A stranger to this culture might well assume that no option was open to the children of working mothers but suicide. The three women nodded in united disapproval at this latest proof of perfidy and ingratitude of youth and the irresponsibility of all other parents but themselves.’

Hace meses comencé a escribir sobre un libro llamado Blood from a Stone. Dije que el plazo de entrega de la biblioteca expiraba en pocos días y me veía en la obligación moral de devolverlo, pero que tenía buena pinta y volvería más adelante para terminarlo. Pues bien, soy un tipo práctico y, en vista de que no lo tenían (alguien ha debido cogerlo prestado), he optado por la alternativa más parecida: Uniform justice, de la misma autora, con el mismo protagonista e, imagino, una trama similar. Además, también está en versión original (en inglés), que era lo que yo quería.

Pues bien, éste sí conseguí acabarlo antes de que venciera el plazo. Es cierto que me costó (no me enganchó lo suficiente, qué le vamos a hacer), pero también me regaló buenos momentos. Es una historia prototípica, para qué negarlo. Sin embargo, también tiene grandes escenas, párrafos cargados de ironía (véase encabezamiento), el encanto de Italia y de Venecia en cada una de las páginas… y un final sorprendente.

Eso sí, aún tengo la intención de terminar Blood from a Stone. Tenía buena pinta y ya he comprobado que Donna Leon puede gustarme. Y, cuando lo haga, ya te contaré qué tal.