martes, 23 de abril de 2013

¡Feliz Día del Libro!


Hay días especiales a lo largo del año. Supongo que la mayoría de la gente está pensando en la Nochebuena o en su cumpleaños, pero yo reconozco que el 23 de abril, Día del Libro, no podría faltar de mi lista (del top five, por ejemplo).
Todos los años desde que era pequeño me pierdo entre los puestos que colocan en la Plaza Mayor de Salamaca y me encierro en mi mundo. Un mundo que, minuto tras minuto, se va llenando de portadas, frases, nombres y promesas. Promesas de que disfrutaré con tal o cual historia y de que con cada página que pase seré un poquito más sabio.
De modo que, a medida que transcurre el tiempo, mis manos se van llenando de bolsas al mismo ritmo con el que mi monedero se vacía. Sin embargo, pocas experiencias hacen que vuelva a casa con una sonrisa tan grande y tan pura.
Y hoy, día del libro del año 2013, no se ha quedado atrás. Estoy muy orgulloso de algunas de mis adquisiciones (aunque, como siempre, me haya quedado con ganas de más) y yo también prometo que hablaré de ellas para ver si consigo que la misma sonrisa aparezca en tu cara.

lunes, 22 de abril de 2013

¡A aprender idiomas se ha dicho!


ya sabes que si necesitas ayuda (help) podemos quedar cuando quieras (whenever you want), nos tomamos algo (something) y abordamos a guiris que tengan pinta de hablar inglés (speak English)”.

Evidentemente, éste es uno de esos mensajes que se escriben de broma, para hilaridad del destinatario... en mayor o menor medida. En este caso, el receptor es una aspirante a tener entre sus manos el archiconocido título First, así que su hilaridad fue razonable (o al menos eso me dijo).
Resulta que hoy en día la máxima prioridad de todo el mundo es saber inglés. O, mejor dicho, tener un diploma que les haga creer que lo saben. No estoy sancionando dicha actitud, ni mucho menos. Considero que todo lo que suponga más conocimientos y la posibilidad de conocer a gente nueva es algo totalmente respetable. Sin embargo, ¿cuál es el punto en el que puedes afirmar que sabes hablar un idioma extranjero? ¿Cuántos exámenes tienen que hacerte? ¿Y qué preguntas deben figurar en dichos exámenes?
Se supone que yo, en mi condición de estudiante de Traducción e Interpretación, domino el inglés a unos niveles estratosféricos (tururú, pero a mí me viene de perlas, así que lo dejaremos así). El problema aparece cuando me doy cuenta de la cantidad de palabras que hay en la lengua de Shakespeare cuya traducción o cuyo significado desconozco. O cuando me bloqueo en mitad de una frase y no encuentro la forma de terminarla, entre otras situaciones.
Entonces, si siempre quedarán términos en el tintero, ¿tiene sentido estudiar inglés? La respuesta es un claro OF COURSE (o evidentemente, te dejo elegir). Dominar un idioma extranjero te abre la mente, así como muchas puertas a nuevas experiencias. También te permite hablar con un mayor número de desconocidos y puede salvarte el pellejo en más de una ocasión.
Así que desde aquí te animo a que te pongas a fondo con el inglés (o con el idioma de turno). No te limites a un diploma que no deja de ser un pedazo de papel: vívelo. Lee libros, ve películas, escucha canciones, habla con la gente, viaja y, sobre todo, ponte tus propios límites. Que seas tú quien decida si sabes el idioma en cuestión y no la nota de tu último examen.
De todos modos, mucha suerte para el First.  

lunes, 15 de abril de 2013

Dans la maison


Ya mencioné esta película hace unos días y dejé caer que haría sobre ella un análisis mas detallado. Pues aquí lo tienes.
Resulta que me ha encantado. No he sido capaz de apartar los ojos de la pantalla en sus 105 minutos de duración y no puedo menos que estar de acuerdo con las numerosas críticas positivas que ha recibido.
El desarrollo, los diálogos, la historia dentro de la historia... Además, he tenido la suerte de poder verla en versión original y te aseguro que ha sido una excelente idea; no sólo porque me encanta cómo suena el francés, sino porque tengo la impresión de que un mal doblaje podría hacer que perdiera demasiados puntos... Una pena para una peli de esta talla.
Llegados a este punto, ente tanta alabanza, tengo que hacer una mención especial al protagonista. Aunque todos los personajes son perfectos en su papel, Claude es sin duda el más carismático. Atrayente y siniestro al mismo tiempo, ha sido en gran parte responsable de que haya disfrutado tanto dans la maison.
Sólo pondría un par de pegas. La primera es que algunas escenas me han resultado un poco... digamos desconcertantes. Claro que yo soy una persona fácilmente impresionable y, en cualquier caso, el cine francés es desconcertante por definición. La segunda es que me esperaba otro tipo de final, pero lo dejaré ahí antes de desvelar nada (eso me convertiría en la clase de persona a la que siempre odié). Además, independientemente del final, insisto en que me ha parecido una gran película.

jueves, 11 de abril de 2013

Vivencias, anécdotas y batallitas: 1


Después de una larga noche en vela (noche toledana, que dirían algunos), pude abandonar la sala de espera y enseñarle mi billete a la amable azafata que decidía quién podía pasar y quién no. Una vez hube recibido el visto bueno, nos pidieron amablemente a mis compañeros de viaje y a mí que siguiéramos avanzando, de modo que atravesamos el siniestro pasillo y salimos al exterior. Allí nos recibió una bofetada de frío polar y una niebla tan densa que no pude ver a ninguna de las personas que me acompañarían en esa breve aventura.
De hecho, la niebla era tal que no tuve la menor duda de que suspenderían el vuelo y me quedaría con las ganas de hacer ese viaje que con tanta ilusión había planeado. O que intentarían despegar, pero el tiempo climático nos jugaría una mala pasada que quedaría registrada sólo en la caja negra. Al final, a pesar de mi miedo a morir entre horribles sufrimientos y en medio de la oleada de estupor en que me tenía sumido el sueño, escuché cómo el piloto nos daba la bienvenida a bordo y nos deseaba un feliz viaje. También vi cómo el avión tomaba velocidad y despegaba. El vuelo FR-7526 con destino a Pisa acababa de abandonar el aeropuerto de Girona y se disponía a sobrevolar las aguas mediterráneas durante las próximas dos horas.
Morfeo me acogió en sus brazos durante ese periodo, hasta que, al final, un leve golpe y una voz procedente de los altavoces me despertaron. El piloto se disculpaba por las posibles molestias y nos volvía a dar la bienvenida, esta vez... al aeropuerto de Génova.
Al parecer no había podido aterrizar en el de Pisa. Por condiciones meteorológicas adversas.

martes, 9 de abril de 2013

Tú tienes pinta de hablar bien español...


-Tú tienes pinta de hablar bien español.
-Vaya, gracias. Lo intento.

No recuerdo cuál fue mi respuesta exacta, pero creo que nunca podré olvidar que un día me dijeron esa frase. Que tenía pinta de hablar bien español.

En cierto modo, resulta un tanto surrealista (palabra que, por cierto, no aparece en el diccionario de la RAE, no la uséis). Quiero decir, yo nací en plena Castilla y no he tenido otra lengua materna que el castellano. Además, mi origen salmantino y sobriedad me han desprovisto de todo tipo de acento: por definición hablo un español puro, estándar y virtualmente falto de errores ('virtualmente' es un calco del inglés, tampoco la uséis).

Sin embargo, todo adquiere una perspectiva distinta cuando estudias una carrera de letras, te van a evaluar de una asignatura que empieza por 'Lengua Española' y tu sustento va a depender de cómo manejes dicha lengua (y que nadie piense mal). Es en ese momento cuando no te puedes permitir ningún tipo de fallo, debes recordar todas las normas gramaticales que te enseñaron a lo largo de tu dilatada formación y tienes que evitar todas las palabras, estructuras, conjugaciones y formas de puntuación que puedan dar lugar a errores involuntarios.

De hecho, fue un piropo en toda regla y yo lo interpreté como tal. Sobre todo porque hay muchas otras personas oriundas de tierras charras que se defienden con el castellano peor que yo con una minipimer (no quiero abusar de anglicismos innecesarios, cambiaré de electrodoméstico y diré aspiradora)... Claro que creo que me seguirá haciendo más ilusión que me digan que hablo bien inglés o cualquiera de los idiomas que he aprendido a base de esfuerzo y horas de estudio, y no la lengua que me ha acompañado desde mi más tierna infancia y que, teóricamente, domino sin que nadie me lo diga.

A ver, no me malinterpretes. Sé que mi español no es perfecto (tengo amigos que estarían encantados de verificarlo) y nunca me oirás decir lo contrario. Dejémoslo en que lo hablo bien. O, al menos, 'tengo pinta'.

domingo, 7 de abril de 2013

Nuevo ciclo de cine en Van Dyck (marzo de 2013)

Llego con un poco de retraso, pero ya expuse en su día que la vida del estudiante a veces está plagada de agobios y de encargos varios que no me permiten actualizar tanto como quiero o, en este caso, en el momento que quiero. No obstante, más vale tarde que nunca y nunca es tarde si la dicha es buena. Aquí tienes mi visión particular de una nueva tanda de pelis que he podido ver en versión original y que, a grandes rasgos, puedo recomendarte. Disfruta con ellas.


Moonrise kingdom: parece que a estas alturas todo está inventado. Hoy en día, tienes que recurrir a historias cada vez más descabelladas para impactar, y tal vez eso es lo que ha llevado al director (Wes Anderson) a rodar una película como ésta. Reconozco que no me ha disgustado (hay escenas francamente buenas y puntos con los que te ríes mucho) y la fotografía es estupenda. Sin embargo, si buscas una historia convencional, tal vez Moonrise kingdom no sea la mejor opción. Eso sí, si te animas a verla, vete con la mente abierta y preparado para lo que pueda llegar.

Dans la maison: original y diferente sin caer en lo estrafalario. La historia dentro de la historia y los grandes papeles me han convencido. Ya sé que es poca información, pero no desesperes (guiño, guiño).

To Roma with Love: Woody Allen no es mi director favorito pero debo reconocer que, le pese a quien le pese, tiene un estilo inconfundible. Y eso es algo de agradecer cuando pagas por ver una película como 'A Roma con amor / To Roma with love'. Muestra sentido del humor, refleja hermosos parajes de Roma, permite escuchar diálogos en italiano (ma come è bella questa lingua!), está plagada de grandes actores y narra distintas historias que le dan un ritmo muy dinámico al conjunto. Sin embargo, lo mejor desde mi punto de vista es ese estilo de Woody Allen. Me da la impresión de que sin él esta película se habría quedado en un 'quiero-y-no-puedo'. Además, el personaje al que interpreta es entrañable y carismático. Por tanto, enhorabuena: no estás nominado.

The Angels' share: al parecer, en todas las barricas de whisky (me niego a escribirlo a la española) un pequeño porcentaje de líquido se evapora... o se lo llevan los ángeles. Esto recibe el nombre de 'angels' share' y es lo que le da nombre a esta película. Lo cierto es que sólo el título me pareció suficiente para animarme a ir al cine, pero tuve suerte, porque creo que el dinero de la entrada no fue desperdiciado. Es una historia en la que se habla de miseria, de personas que viven en situación de pobreza y de marginación, de aspectos negativos de la vida... Pero también de situaciones cómicas, de futuros esperanzadores y de planes absurdos. El único aspecto negativo es que sigo siendo incapaz de entender el acento escocés pero, a pesar de todo, puedes cruzar la pasarela, tú tampoco estás nominado.