Tengo que confesar una
cosa: me mareo cuando leo en un autobús. Pues muy bien, dirás, ¿y
eso a qué viene? Muy sencillo: a que este libro me enganchó tanto
que me arriesgué lo suficiente como para continuar con su lectura
durante un viaje en bus.
Y es que The Wise
Man's Fear engancha mucho. Ya hablé hace tiempo de la primera
parte (El nombre del viento, o The Name of the Wind) y
lo elogié de principio a fin. Tan sólo comenté en su contra que
las circunstancias en que lo leí no eran las mejores y que tal vez
puede resultar demasiado largo para según qué personas. La segunda
parte, aunque notablemente más larga y, por tanto, menos propensa a
atraer a lectores “novatos” es, sin embargo, incluso mejor.
Es cierto que algunos
pasajes son más densos y que es incómodo leer un libro con 1400
páginas, pero no puedo negar que disfruté desde el principio. La
forma ágil con que Patrick Rofthous narra las peripecias de Kvothe
gana puntos en esta segunda parte. El mundo en que transcurre la
historia deja de ser desconocido y extraño para convertirse en un
lugar casi familiar, del que todos tendríamos mucho que aprender (en
concreto, me gustó el sistema de evaluación de la universidad) y,
por último, las dos historias paralelas van juntándose poco a poco.
Claro que la unión definitiva tendrá lugar, como muy pronto, en el
tercer libro – que sigo sin saber si es el último.
Además, el hecho de
haberme decidido por la versión original, en inglés, fue todo un
acierto. No porque crea que la traducción correspondiente no sea
buena, sino por un motivo mucho más básico. Un motivo que, supongo,
es frecuente en el gremio en el que me estoy adentrando: el hecho de
que, desde la primera página a la última, me han entrado ganas de
traducirlo.
Sería una pequeña
locura (repito que son 1400 páginas), pero los juegos de palabras,
los giros, los nombres e incluso los poemas y canciones constituirían
todo un reto. ¿Tendré tiempo de hacerlo en un futuro? Lo dudo, pero
me sentiré feliz simplemente si el tercer libro sale pronto y puedo
leerlo. No pido mucho.