domingo, 30 de octubre de 2016

Uve, uve doble, equis, ye y zeta



Suena raro, ¿verdad? Pues es perfectamente válido, ya que ‘ye’ es una entrada del DRAE, definida escuetamente como ´Letra y’. La Real Academia no especifica qué uso es preferible, aunque es verdad que la entrada dedicada a ‘y’ es más extensa y que no hay una entrada para el binomio 'i griega'.

Si hoy saco este tema a colación es porque desde hace tiempo soy consciente de que existe la acepción ‘ye’ (denominación que, por cierto, es originaria del siglo XIX), aunque creo que no la he visto escrita ni la he leído ni una sola vez. En el fondo me alegro porque, como ya he dicho, me suena un poco raro y, además, siempre sorprende encontrar variaciones en cosas que tenemos tan interiorizadas como puede ser el abecedario.

Por otro lado, se me ocurren dos ventajas evidentes del uso de ‘ye’ por encima de ‘i griega’. La primera es que el plural de ‘ye’ (yes) es mucho más fácil que ‘íes griegas’, aunque automáticamente nos transporte al sí inglés. La segunda es que me parece bonito que la palabra que designa a una letra contenga la letra en cuestión. Supongo que por eso se escribe ‘zeta’ en lugar de ‘ceta’ y ‘ka’ en lugar de ‘ca’, y la verdad es que es algo que echo de menos en la cu, la equis y la uve doble. Por último, para las personas extranjeras resultará mucho más sencillo deletrear recurriendo a un breve ‘ye’ que a un largo y difícil ‘i griega’.

Para terminar, dejo un enlace a un artículo de la RAE sobre las letras que tienen más de un nombre. Para el que no lo quiera leer, le adelanto que son las siguientes:
-b: be, be alta, be larga, be grande
-i: i, i latina
-v: uve, ve, ve corta, ve baja (…)
-w: uve doble, ve doble, doble ve, doble uve, doble u (esta última, calco del inglés)
-y: no hace falta que diga cuáles

domingo, 23 de octubre de 2016

El dilema lingüístico del fin de semana



Hace poco contemplé la idea de publicar entradas semanales con los dilemas lingüísticos que, aunque no lleguen a quitarme el sueño, sí me provocan cierto desasosiego. Deseché la idea por impracticable, pero ahora se me ha planteado uno que encaja muy bien con el título de la potencial sección y, de paso, de esta entrada. El dilema es el siguiente: he consultado el diccionario de la RAE y he comprobado que la palabra ‘finde’ no figura en él.

Si lo pensamos, es lógico. Al fin y al cabo, el término adecuado es ‘fin de semana’, y ‘finde’ es tan sólo una apócope (por cierto, ‘apócope’ es una palabra femenina). El motivo de mi desasosiego es que es la uso muy a menudo, pero siempre me da la impresión de que si una palabra no ha sido recogida por la RAE no es del todo correcta (algo que, en cualquier caso, siempre es discutible).

Por otro lado, somos muchos los que utilizamos esta palabra con frecuencia y también son muchos los apócopes que ya han sido aceptados, por lo que creo que en realidad no se puede hablar de error y seguramente sea cuestión de tiempo que ‘finde’ acabe teniendo su propia entrada, como de hecho ya ocurre con el diccionario María Moliner. Además, ya son muchas las apócopes que figuran en el DRAE: profe, foto, metro, boli, cine, porfa, peli… Es cierto que algunas tienen un cierto matiz de informalidad, pero otras son incluso más comunes que la palabra de la que proceden.

Dicho esto, y teniendo en cuenta que son las 23:30 de un domingo, creo que podemos cerrar la entrada… Y el finde. Dejo, eso sí, el enlace a un artículo de la Fundéu sobre el tema.

http://www.fundeu.es/noticia/porfa-llevame-este-finde-al-cine-6918/

jueves, 20 de octubre de 2016

Se prohíbe mantener afectos desmedidos en la puerta de la pensión, de Mamen Sánchez



Hacía mucho tiempo que no escribía una entrada sobre uno de los libros que leo (para qué engañarnos, hacía mucho que no escribía ninguna entrada) y la verdad es que ya tocaba. Además, estamos ante una vieja conocida (ver aquí y aquí), que ya ha conseguido convencerme anteriormente, y ante un libro que ya había fichado y que tenía muchas ganas de leer.

En Prohibido mantener afectos desmedidos a la puerta de la pensión, Mamen Sánchez vuelve a hacer gala de su estilo ameno y agradable y nos vuelva a sorprender con una historia en la que los sentimientos se entremezclan y en la que cada personaje tiene un rasgo característico y, por tanto, resulta más fácil identificarse con ellos. Además, sigue un hilo bastante original: cada capítulo es una norma que puede aplicarse a las distintas etapas por las que pasan la protagonista y el resto de personajes. Es cierto que en algunos puntos pueden resultar un poco anacrónicos y desconcertantes, pero la historia engancha es difícil no pasar páginas, porque nunca sabes dónde interrumpir la lectura.

De momento eso es todo. Sé que la entrada ha quedado un poco corta, pero últimamente hay un par de cosas que me mantienen bastante ocupado… Y que contaré a su debido tiempo. De momento, ve a buscar este libro y léetelo, porque ya te digo que no está nada mal.