sábado, 30 de agosto de 2014

La química secreta de los encuentros, de Marc Levy, traducido por Juan Camargo

Esta entrada es todo un reto para mí. ¿Por qué?, te preguntarás; al fin y al cabo, vas a hablar de uno de uno de tus autores recurrentes. Pues porque, por primera vez, mi crítica no será mayoritariamente positiva. Y esto es especialmente difícil si tenemos en cuenta que encima es, como ya he dicho, de un escritor con el que estaba familiarizado y que, hasta ahora, contaba con mi plena aprobación y admiración.

La química secreta de los encuentros es una historia aceptable (tirando a buena, de hecho), con un argumento correcto y capaz de enganchar... pero con un desarrollo un poco pesado. En mi humilde opinión, y tal vez debido a las altas temperaturas estivales, no cuenta con la fluidez que se podría esperar de un autor de best-sellers, ni con una cohesión perfecta. La acción, interesante y original, se ve eclipsada por frases innecesariamente raras, por cambios bruscos y desprovistos de conectores, por un vocabulario casi inadecuado.

A su favor, y en mi línea (ya sabes que las críticas negativas no son lo mío), resaltaré que es un argumento relativamente original, que introduce el factor de la memoria olfativa como parte de la trama y que conserva el encanto inglés de sus protagonistas, el exotismo de un lugar que no voy a desvelar y la autenticidad de las frases típicamente francesas (no olvidemos la procedencia de Marc Levy), que se ha mantenido también en la versión en castellano.


Del final, por supuesto, no voy a decir nada. También en mi línea...   

jueves, 28 de agosto de 2014

Una vacante imprevista, de J. K. Rowling (traducido por Gemma Rovira Ortega y Patricia Antón de Vez)

Lo reconozco. Me daba miedo leer un libro de J. K. Rowling y que se me cayera un mito. Al fin y al cabo, la saga de Harry Potter ha sido una constante en mi vida y un referente literario desde que tenía once años. Sin embargo, puedo decir con alegría que he disfrutado mucho gracias a la lectura de Una vacante imprevista.

La célebre autora ha querido dar un giro a su carrera y a su imagen, y lo hizo por medio de un pseudónimo y un cambio en su trama habitual. En lugar de literatura fantástica para niños y jóvenes, esta vez ha optado por una novela negra, que transcurre en un pueblo tan real como cualquier otro, sin una pizca de magia, y que no ahorra en detalles escabrosos.


Esta obra recibió críticas positivas, así como su supuesto autor. Cuando, ya con el beneplácito generalizado, se descubrió su identidad, se convirtió en un éxito de ventas... y llegó a mis manos. Lo devoré en pocos días, sorprendido por el cambio tan radical respecto a los libros de Hogwarts y encantado por el transcurso de los acontecimientos. Ahora, por tanto, sólo me queda felicitar a Joanne (a estas alturas ya tenemos confianzas) y animarte a ti a que lo leas.

domingo, 10 de agosto de 2014

Un español en Alemania. ¿Fin de la historia?

Ya hace más de una semana que mi avión aterrizó en el aeropuerto de Madrid y puso el fin definitivo a mi año en tierras germanas. Atrás dejo experiencias, recuerdos, nuevas amistades y muchos conocimientos adquiridos para dar paso a reencuentros y una suerte de renovada rutina en España.

Aún no me ha dado tiempo a asimilar todo lo que ha pasado, a adaptarme totalmente a España ni a planificar el año que viene tanto como me gustaría. Respondo a las preguntas de '¿qué tal en Alemania?' con un escueto 'No me quejo' y mi principal prioridad es terminar de deshacer la maleta, proceso que se está alargando extraordinariamente debido a que también estoy aprovechando para ordenar mi cuarto e incluso tirar todo lo que no me sirve.

Sin embargo, creo que sí que es el momento de hacer balance de mi Erasmus y de todo lo que ha traído consigo. Tras doce meses en Alemania, en los que he tratado de sacar el máximo provecho tanto a nivel académico como personal, hay mucho que podría contar y muchos consejos que podría dar a todos aquellos estudiantes que se embarcarán en esa misma aventura en un futuro... Pero como eso me llevaría mucho tiempo (y muchas entradas), de momento sólo animaré desde aquí a todos los indecisos. Un Erasmus es una experiencia de la que uno difícilmente se olvida y de la que se pueden extraer muchas cosas positivas.

Hace poco leí que las becas Erasmus habían hecho más por la unidad de Europa y por la interrelación entre los ciudadanos del viejo continente que todas las medidas tomadas por los gobiernos juntas. Era una forma de defender su existencia y evitar que desaparezcan. Sin embargo, si echo la vista atrás y me quedo con lo bueno, no puedo menos que estar de acuerdo.


miércoles, 6 de agosto de 2014

Español... ¿Colapso en el sistema?

Acabo de leer en Internet un artículo con el que me he reído mucho. Estaba publicado en una popular página web que se caracteriza por escribir sus noticias con un cuidado lenguaje periodístico y por presentar un formato perfectamente normal, así como por la total falta de veracidad e incluso coherencia de su contenido... algo que debemos tener en cuenta.

Dentro de este contexto, los escritores anunciaban, en inglés, que un fallo en el sistema obligaba a los hispanohablantes a utilizar otros idiomas. Al parecer, el mal uso que se había hecho de la lengua provocó el fatal colapso que hizo que niños, adultos y ancianos tuvieran que dejar de usar el español y recurrir a otros idiomas, principalmente inglés.

Si bien es una noticia divertida para leer en una página web de este tipo, no deja de esconder un trasfondo perturbador. Efectivamente, el español ha sido maltratado de forma preocupante por millones de personas, y parece que no se hace lo suficiente por evitarlo. Tengo la impresión de que ni se fomenta su aprendizaje ni se sanciona su mal uso. No se nos enseña todo lo que necesitamos saber ni se nos recalca la importancia de cuidarlo y preservarlo. Sí, todos hemos tenido la asignatura de Lengua Española durante Educación Primaria y la ESO. De hecho, es obligatoria hasta el último curso de bachillerato e incluso en algunas carreras (véase traducción), pero parece que los sufridos profesores no consiguen transmitir la idea de que debemos evitarle al español el mayor daño posible.

Acentos, faltas de ortografía y de puntuación, fallos gramaticales, gerundios innecesarios (sí, reconozco que es un error que me saca de quicio más que ningún otro)... Hay muchos factores que debemos tener en cuenta para conseguir que nuestro español sea correcto, sea cual sea el medio que usamos. Y tampoco deberíamos olvidar que otros idiomas son más difíciles y, aun así, sus hablantes se preocupan por no cometer errores. Cada vez que pienso en lo complicado que me resulta el alemán y lo correctos que suelen ser siempre los hablantes nativos me doy cuenta de que los españoles estamos torturando nuestro idioma de forma innecesaria.

Además, no acaba de parecerme correcto que se acaben admitiendo como correctos los fallos que se cometen de forma sistemática, como ya he explicado en otras ocasiones. ¿El uso crea la norma? Con todos mis respetos, no estoy del todo de acuerdo.


De modo que, como conclusión, animo a todos mis potenciales lectores a que hagan el mejor uso posible del español y a que se ciñan a las normas. Y también felicito a la página web en cuestión por ser tan imaginativa y divertida... a pesar de que a veces resulte, como ya he dicho, un poco perturbadora.