Hay gente rara por el
mundo a la que le gusta el whisky y lo bebe voluntariamente. Algunos
lo toman solo, otros con hielo, otros mezclado con refrescos...
Incluso hay quien se pide copas cuando sale de fiesta. Para el que no
lo sepa, el diálogo que tiene lugar en la discoteca en cuestión
sería algo así:
-Buenas
noches, querido cliente, ¿qué le pongo?
-Hoy
tomaré un whisky con cola, por favor.
-Ahora
mismo.
Ninguno de los dos
interlocutores se podría imaginar que en una conversación tan,
aparentemente, inofensiva yo puedo encontrar un bonito tema para
desarrollar en este mi querido blog. Efectivamente, me refiero a la
palabra 'whisky' y a sus distintas posibilidades de escritura.
Hace unos años, la
ilustre Real Academia Española (RAE para los amigos) decidió que
era buena idea “españolizar” el término (es que era demasiado
sajón, con tanta uve doble y tanta i griega... o ye, de lo que tal
vez hablaré en un futuro) y, por eso, propusieron 'güisqui' como
alternativa. Y se quedaron tan anchos.
A ver, entiéndeme, razón
no les falta. ¿Para qué vamos a usar una palabra con una pinta tan
rara y que tiene haches en lugares imposibles cuando podemos
escribirla con letras más castizas y va a sonar igual? Así les
ahorramos quebraderos de cabeza a las personas mayores, que no están
familiarizadas con el uso aleatorio de la ka, o a los niños pequeños
(que, para empezar, ni siquiera tendrían por qué emplearla).
Además, el licor en cuestión va a saber igual.
Sin embargo... a mí no
me convence. Primero, porque en “español castizo” sigue sonando
igual de raro. Segundo, porque he visto la palabra 'whisky' escrita
tantas veces que nunca me he planteado cambiarla o corregirla. Y,
tercero, porque esto puede dar lugar a que se pongan de moda otros
cambios similares y empecemos a encontrarnos con cosas como
'cederrón' o 'rocanrol'. De hecho, el primero ya lo han aceptado en
el Diccionario de la RAE... ¡y se han quedado tan anchos! (otra
vez).
Igual son cosas mías,
pero creo que mantener la escritura del idioma original nos puede
aportar mucho, seguramente más de lo que nos aporta la forma
“españolizada”. ¿Es que acaso suena igual de exótico Qatar que
Catar? ¿No es más elegante una mujer enfundada en un foulard
que una que simplemente se protege el cuello con un fular?
En fin, siento haberme
alargado tanto con esta entrada; me voy a tomar un cubata a tu salud
para compensar. Pero que no lleve whisky, que la liamos. De hecho, es
día de diario y es hora de irse a dormir, quizá sea mejor idea
optar por un vaso de leche con cacao en polvo (diría cola-cao, pero
el DRAE todavía no lo recoge...).
¡Buenas noches!