Nunca se sabe qué nos
deparará el futuro. Por eso, y porque nada me garantiza que vaya a
volver a Alemania en el futuro, ni siquiera de visita, me he empleado
a fondo para conocer el mayor número de ciudades en estos
doce meses que he pasado en Deutschland. Por suerte, han sido
muchas y escribo esta entrada con conocimiento de causa (obviamente,
no iba a tener en cuenta ciudades en las que no he estado)... Es
cierto que me he dejado algunas en la lista de asuntos pendientes, y que me gustaría incluir unas cuantas que se han quedado fuera,
pero supongo que siempre puedo ampliar la lista más adelante. De
momento, empiezo el top ten por el décimo puesto para darle
emoción.
10.-Hamburgo (Hamburg):
admito abiertamente que no me gustó. Cierto, no muchas capitales
pueden presumir de tener un lago en pleno centro, el Ayuntamiento es
espectacular, tiene el honor de contar con la que en su día fue la
catedral más alta del mundo y, además, el récord de puente en una
ciudad europea. Sin embargo, me pareció una ciudad gris y que puede
ser fácilmente desbancada por muchas otras urbes germanas. El motivo
por el que está en esta elitista lista es que la fiesta es genial.
Tiene numerosos bares y calles enteras con discotecas, así como
locales y negocios abiertos toda la noche, algo impensable en
cualquier otro lugar de Alemania.
9.-Bonn: miro atrás y
recuerdo muchas experiencias vividas aquí, pocas relacionadas con la
ciudad. Tal vez el vínculo emocional ha sido demasiado grande y no
soy del todo objetivo al incluirla en este top ten. Sin
embargo, sí que puedo afirmar que es un lugar agradable y acogedor,
con un centro lleno de encanto y un campus universitario digno de las
mejores películas. ¡Ah! Y el museo de historia es, sencillamente,
increíble.
8.-Tréveris (Trier): no
sabía de la existencia de esta ciudad hasta que me metieron en un
autobús y empezaron a explicarme su historia (que, por cierto, se
remonta a tiempos de los romanos). Lo más emblemático es la Puerta
Negra (Porta Nigra) y sus jardines, pero en mi opinión lo
mejor que puede ofrecer Trier es un paseo por las calles del centro,
simplemente disfrutando de los elegantes edificios y, con un poco de
suerte, del buen tiempo.
7.-Aquisgrán (Achen):
las calles empedradas y la sorprendente cantidad de tiendas de
chocolate dan muchos puntos. Sin embargo, en mi opinión, el
principal atractivo de Achen / Aquisgrán es su pasado. Como capital
del Sacro Imperio Romano, tiene una catedral llena de historia y una
grandeza que prácticamente se puede respirar. Además de una de las
traducciones más estrambóticas al español... Y eso hace que se le
coja cariño.
6.-Rothenburg ob der
Tauber: un pueblecito de apenas 10.000 habitantes se ha colado en la
lista por su indudable encanto, por su esencia bávara y por su
espectacular belleza. Las casas típicas, al más puro estilo alemán,
las tiendas de Schneeballen (unas deliciosas galletas
esféricas) y el entorno privilegiado hacen de esta localidad una
visita obligada para todo aquel que pase un periodo largo en este
país.
5.-Espira (Speyer):
siempre me ha hecho mucha gracia el término 'guilty pleasure'. Se
suele usar para referirse a algo que nos gusta... y que sabemos que
tal vez no debería. Supongo que se podría aplicar a Speyer, una
ciudad pequeña que, sencillamente, me encanta. Vale, es bonita,
pero... ¿de verdad se merece este quinto puesto? Pues sí, no he
podido evitarlo, y es que, aunque una ruta turísitca por el centro
se limita prácticamente a dos calles y un par de plazas, hay tantos
monumentos concentrados que nadie se irá de aquí con mal sabor de
boca. Iglesias, relojes, una espectacular catedral, un barrio judío... Todo ello permite pasar una jornada perfecta. Además, cuenta con
unos bonitos alrededores y un pasado interesante.
4.-Colonia (Köln): una
de las ciudades más dinámicas de todo el país, también destaca en
el plano cultural por sus orígenes romanos, su importancia a lo
largo de la historia del país y, sobre todo, por su espectacular
catedral. Parece que cuanto más se viaja, más difícil es que algo
nos impresione pero, créeme, der Dom lo conseguirá. Si no,
también se puede visitar el museo del chocolate o disfrutar con su
vibrante vida nocturna.
3.-Dresden (Dresde):
cuando fui para allá apenas si sabía que había una ciudad con ese
nombre. Sin embargo, se metió de cabeza en mi top ten en
cuanto puse los pies en la plaza mayor. Sus calles y sus puentes
recuerdan a Praga (uno de mis lugares favoritos en el mundo) y
también cuenta con un museo espectacular, en el que podemos
encontrar cuadros de Rafael, Zurbarán, Velázquez y tantos otros.
2.-Núremberg (Nürnberg):
tiene un castillo espectacular y un centro histórico muy bonito (a
pesar de contar con varias reconstrucciones), especialmente
fascinante cuando llega la Navidad y la Plaza Mayor se ve inundada de
los puestos que conforman el Weihnachtsmarkt (mercadillo
de Navidad, que dirían algunos). Sin embargo, lo que de
verdad fascina de esta ciudad es su historia reciente, y todo lo que
se puede aprender en sus dos museos principales no se puede describir
con palabras. Te adelantaré que fue la elegida como 'ciudad más
alemana' por Hitler y que ahí se celebraron los celebérrimos
Juicios de Núremberg... Cuna de la interpretación, por cierto.
1.-Berlín (Berlin). O se
ama, o se odia. Yo la amo. Es cierto que el número de monumentos
casi se limita a la Puerta de Brandemburgo y la Catedral pero,
además, podemos encontrar el Reichstag (el
Parlamento), la Isla de los museos (Museeninsel), los
restos del muro, el monumento conmemorativo a los judíos muertos en
la segunda guerra mundial y, sobre todo, una atmósfera única. Todo
parece rebosante de vida y las calles respiran un ambiente que, en mi
humilde opinión, no se puede encontrar en ningún otro lugar del
mundo. Además, hay incontables museos por todas partes, y de todo
tipo: desde los que recogen restos del mundo antiguo (por ejemplo, la
estatua de Nefertiti está en el Neues Museum) hasta los que informan
de todo lo relativo al Muro (historia, datos,
anécdotas...). Resulta que es una de las ciudades con una
historia reciente más interesante (incluso más que Núremberg) y
los alemanes, diligentes ellos, se han encargado de recopilar toda la
documentación que han podido y ponerla al alcance de los afortunados
turistas. Berlín, esa ciudad donde siempre hay algo que hacer y a la
que siempre querrás volver. Ich liebe Berlin.
Bonus track:
Heidelberg. Mucha gente la considera la ciudad más bonita de
Alemania y no me habría supuesto un dilema moral incluirla... Sin
embargo, al ser un sitio en el que he pasado una época de mi vida
que me ha reportado tanto, he preferido dejarla al margen. Sólo
puedo recomendarte que, si tienes la oportunidad, cojas un vuelo al
aeropuerto más cercano y te pierdas por su Hauptstrasse y su
Altstadt, que subas al castillo para gozar de una vista
panorámica espectacular y que te olvides del mundo en el Philosophen
Weg.
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