lunes, 6 de octubre de 2014

Traducción inversa, esa gran desconocida

A veces pienso que desde que empecé la carrera mi nivel de inglés se ha resentido. ¿Cómo es eso posible?, dirás; trabajas con los idiomas en la mayoría de tus clases y se te presupone un conocimiento avanzado de tu lengua de trabajo. Pues te responderé que tienes razón, pero eso no quita que mi inglés no sea mejor que hace (ya) tres años. Primero, porque ya tenía un nivel aceptable (el hecho de no haber mejorado no quiere decir que ahora sea nefasto). Segundo, porque mi prioridad en estos últimos cursos se ha convertido en... el español.

Sí, ya he explicado alguna vez cuán importante es el español para un traductor nativo. El texto de llegada tiene que ser perfecto. Por supuesto, debe reflejar el contenido del original en su totalidad, pero también es vital que no haya errores. Esto hizo que yo adoptara la -errónea- postura de no darle importancia al inglés en favor del español.

Sin embargo, no contaba con un factor fundamental: en la carrera (y, presumiblemente, también en nuestra vida laboral) nos tenemos que enfrentar a la traducción inversa. Ya tuvimos una toma de contacto en segundo curso y ahora, en cuarto, volvemos a vernos las caras. El objetivo es que todo traductor que se precie sea capaz de redactar un texto en inglés de calidad incuestionable: es decir, que mantenga el significado original y esté desprovisto de errores.

Claro que, al no ser nuestra lengua materna, ¿seremos capaces de hacerlo? ¿No habrá cientos de miles de hablantes nativos mejor capacitados que nosotros? Yo tengo que responder firmemente que... no sé qué decir.

Por un lado, es obvio que hay más opciones de equivocarse cuando te enfrentas a una lengua extranjera, por mucho que la domines. Por otro, el hecho de que una persona sea hablante nativa de un idioma no quiere decir que no vaya a cometer errores. Además, hay tipos de textos tan protocolarios que no importa estar trabajando con la lengua materna, lo fundamental es conocer las fórmulas necesarias.


Yo, por mi parte, no me veo capacitado para hacer una traducción inversa al alemán y tendría que pensármelo mucho antes de aceptar una al inglés. No obstante, supongo que ése es el objetivo de la carrera y tal vez mi postura sea distinta cuando tenga el título en mis manos. Fecha para la cual, por cierto, cada vez queda menos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario