Últimamente mi vida socioprofesional está
plagada de encuentros de diversa índole. Lo que, unido a mi condición de vocal de
la AETI de mi facultad, hizo que no me pudiera perder el Encuentro Nacional de
Estudiantes de Traducción e Interpretación, también conocido como ENETI, que
tuvo lugar el fin de semana pasado en Alicante.
De hecho, ya lo saqué a colación
en mi última entrada, en la que hablé de la AETI -esa asociación de estudiantes
de traducción que cada vez está presente en más facultades de toda España-.
Expliqué algunos de los beneficios que pueden obtener los socio y
mencioné el ENETI, o el Encuentro Nacional de Estudiantes de Traducción e
Interpretación. Después de haber asistido, creo que procede dedicarle una entrada.
Como ya comenté, este año el
ENETI se ha celebrado en Sant Vicent del Raspeig, donde se encuentra la
facultad en la que se imparte el grado de traducción e interpretación de la Universidad de Alicante. Allí se
han congregado casi 600 personas, en su mayoría estudiantes de la ya mencionada
carrera, así como una veintena de ponentes, profesionales de alguno de los
campos relacionados, que han intentado arrojar luz sobre el futuro, a veces
incierto, de los pobres estudiantes.
A lo largo de dos intensos días,
se han sucedido charlas y mesas redondas, descansos y (re)encuentros en los
pasillos. Ha sido alucinante ver cómo la junta directiva de la AETI y la
vocalía de la UA se han volcado con la organización,
y también ha sido espectacular la respuesta de toda la comunidad de estudiantes
de traducción, que se han acercado desde todos los confines del territorio
nacional para asistir a tan gran acontecimiento.
De las charlas, destacar la
variedad y la calidad. Desde las que abordaban temas relativamente concretos,
como la traducción biomédica o la traducción de insultos y del lenguaje soez,
hasta la creación de una marca propia. Tampoco han faltado los profesionales,
traductores, intérpretes y docentes, que han compartido sus experiencias y sus
puntos de vista. Algunos nos han explicado cómo han llegado a conseguir el
trabajo que actualmente desempeñan, otros nos han explicado qué formación
debemos tener para lograr ese anhelado puesto. Incluso han intentado expandir
nuestros horizontes y nos han hablado de salidas tal vez menos convencionales,
como un posible trabajo como corrector o como profesor de español para
extranjeros (y tengo que decir que ambas salidas me parecen excelentes, por
cierto).
Además, todas las conferencias
contaban con servicio de interpretación simultánea -al español en caso de que
el ponente hablara en inglés; al inglés y al francés si el idioma elegido era
el español- e interpretación en lengua de signos. Esta última me ha resultado
fascinante, pues nunca había podido contemplar durante tanto tiempo el trabajo
que realizan estos profesionales. Por no mencionar las anécdotas resultantes…
En fin, que el ENETI ha sido una
gran experiencia que espero repetir. La edición del año que viene será en
Valencia y espero poder participar una vez más. ¡Allí nos vemos!
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