domingo, 30 de abril de 2017

Poligamia lectora



Hoy he estado comentando con una amiga y compañera de trabajo los libros que estábamos leyendo. Sí, libros. En plural. Resulta que ambos estamos con varios a la vez al mismo tiempo (libros, insisto).

Para ciertas personas, esto es poco menos que un sacrilegio. Hay quien prefiere centrarse en una historia y no concibe empezar una segunda antes de acabarla. Sin embargo, yo creo que hay muchos motivos para hacerlo. De hecho, casi siempre tengo más de un libro entre manos al mismo tiempo. Es cierto que muchas veces se avanza más con uno que con otro, pero eso no me suele impedir terminar los dos… y que me gusten ambos.

¿Qué por qué lo hago? Como ya he dicho, hay muchas razones. En mi caso, por ejemplo, es habitual que esté un poco condicionado por los plazos de entrega de la biblioteca (sí, soy de esas personas que coge libros de la biblioteca aunque tenga alguno a medias). También puede ser que mi humor me pida un libro más ligero en determinados momentos y me lleve a dejar a medias otro más denso. O, simplemente, que el libro que esté leyendo sea muy grande y pesado y quiera coger uno más finito para, por ejemplo, un trayecto en metro o un paseo por el parque.

¿Hay algún problema en hacerlo? Sinceramente, yo no se lo veo. Puede ser que en algún momento las historias se entremezclen o los nombres de los personajes bailen en el caos lector en que se convierte nuestro cerebro, pero nada que una ojeada rápida a las últimas páginas no solucione. Además, y esto es un punto de vista mío, tal vez un poco particular, cuantos más libros empieces… más libros acabas y más disfrutas de la lectura.

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