Lo reconozco. Me daba
miedo leer un libro de J. K. Rowling y que se me cayera un mito. Al
fin y al cabo, la saga de Harry Potter ha sido una constante en mi
vida y un referente literario desde que tenía once años. Sin
embargo, puedo decir con alegría que he disfrutado mucho gracias a
la lectura de Una vacante imprevista.
La célebre autora ha
querido dar un giro a su carrera y a su imagen, y lo hizo por medio
de un pseudónimo y un cambio en su trama habitual. En lugar de
literatura fantástica para niños y jóvenes, esta vez ha optado por
una novela negra, que transcurre en un pueblo tan real como cualquier
otro, sin una pizca de magia, y que no ahorra en detalles escabrosos.
Esta obra recibió
críticas positivas, así como su supuesto autor. Cuando, ya con el
beneplácito generalizado, se descubrió su identidad, se convirtió
en un éxito de ventas... y llegó a mis manos. Lo devoré en pocos
días, sorprendido por el cambio tan radical respecto a los libros de
Hogwarts y encantado por el transcurso de los acontecimientos. Ahora,
por tanto, sólo me queda felicitar a Joanne (a estas alturas ya
tenemos confianzas) y animarte a ti a que lo leas.
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