Mi historia con este libro es, cuando menos, curiosa. Resulta que hace un
par de años, en el transcurso de una visita a Barcelona (a la que seguramente
me había llevado algún otro libro, aunque no recuerde cuál), me lo encontré en
el dormitorio en el que mis amigos me habían acogido. Hubo algo en él, tal vez
su título, su portada o simplemente el exotismo que siempre irradia de las
cosas desconocidas, que me llevó a empezarlo y continué leyéndolo a lo largo de
los días que estuve hospedado allí… que, desafortunadamente, no fueron
suficientes para acabarlo.
Hace unos meses, un par de años después de dicha visita a Barcelona, unos
amigos (otros) me dijeron que habían ido a una conocida librería de mi ciudad a
comprarme un libro como regalo de graduación y que éste les había llamado la
atención. Sin embargo, la solemnidad de la ocasión les llevó a decantarse por
otro y, no sin acierto, me acabaron regalando La tabla esmeralda (al que no he dedicado una entrada en este mi
querido blog, pero que sí se merece una mención especial).
Supongo que esta ausencia encendió una especie de chispa en mí (ya se sabe
que siempre buscamos lo que no podemos tener) y a lo largo de los siguientes
meses pregunté por Te dejo es jódete al
revés en todas y cada una de las librerías que se interpusieron en mi
camino. Cuando finalmente lo encontré, no dudé en comprarlo, pedí que me lo
envolvieran y se lo regalé a mi hermana, que había participado en mi obsequio
de graduación.
Una vez transcurrido otro par de meses, le pedí a mi hermana que me lo
prestara y lo devoré, satisfaciendo así el famoso vacío que me había quedado en
el pecho y confirmando lo que ya había apreciado en mi primera tentativa: que
es un libro ligero, agradable, original, divertido. A pesar de que algunos
capítulos resultan algo inconexos, la historia avanza con fluidez y sigue un
hilo que, aunque a veces no lo parezca, lleva al lector a un final perfecto
para una historia como ésta.
Ya he comentado alguna vez que el género llamado chick-lit, en el que sin duda se podría englobar Te dejo es jódete al revés y que no siempre cuenta con aceptación general, goza de mi
absoluto respeto. Normalmente se trata de historias amenas y llenas de humor,
capaces de llegar a un público más amplio de lo que parece e ideales para
desconectar y pasar un buen rato leyendo. El título que nos ocupa es un
representante perfecto de este género, con todas las virtudes correspondientes.
Además, el estilo personal hace que el lector se plantee continuamente hasta
qué punto es autobiográfico, algo que hace que el vínculo sea mayor.
Creo que no cabe duda, después de todo lo que he escrito, que es una
lectura totalmente recomendable para los amantes del chick-lit y, cómo no, para todos aquéllos que no lo sean pero
quieran darle una oportunidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario