Las últimas clases de cada
trimestre son muy predecibles. Por lo menos si estás estudiando idiomas: vocabulario
de la festividad de turno, expresiones, costumbres… Por ejemplo, hoy en clase
de alemán hemos comparado las tradiciones españolas con las germanas (salimos
perdiendo, lo tengo que reconocer) y en la de italiano ha surgido una cuestión
que me ha descolocado bastante: ¿qué sorpresa te gustaría encontrarte dentro de
un huevo de pascua?
Es una pregunta típica, todo hay que decirlo. Si
me ha descolocado es sencillamente porque no sabía qué responder. ¿Dinero? Nah,
demasiado superficial… ¿Billetes de avión para un destino lejano y exótico? No
estaría mal, pero los viajes los hacen las personas, no los lugares. ¿Un
boletín de notas con todo dieces? ¿Para qué? Las buenas notas sólo molan si ha
habido esfuerzo detrás, tampoco me sirve.
Supongo que en el fondo es bueno no saber qué
quiero. Significa que ahora mismo no hay nada que me falte, o que necesite. Eso
sí, me imagino que no estaría mal abrir un huevo de chocolate y encontrar
dentro una canción que me siga poniendo los pelos de punta después de mucho
tiempo, un libro que me enganche o una peli que me haga llorar. Bueno, no, eso
no, que luego se meten conmigo.
En fin, cosas buenas hay muchas, y algunas de
ellas caben en un huevo de Pascua. Sólo hay que elegir una y cruzar los dedos
para encontrarla… Claro que eso se puede hacer en cualquier época del año, y se
puede buscar más allá de unas chucherías con forma de huevo.
Así que a por ellas.
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