¡Hola de nuevo! Como ya dije en mi última entrada, actualmente estoy
viviendo en Alemania, realizando unas prácticas en la Universidad de Leipzig y
aprovechando la ocasión para aprender tanto alemán como me resulte posible. Una
opción es intentar conocer a individuos autóctonos, cuya lengua materna sea el
alemán, y practicar con ellos todo lo que se pueda (los famosos tándems, por
ejemplo, de los que también he hablado ya en este mi querido blog), pero hay
muchas otras maneras de aprender un idioma extranjero.
Una que me gusta particularmente y que hasta el momento me ha reportado
grandes beneficios es la lectura. Leer siempre nos ayuda (también en nuestra
lengua materna), y en el caso de un idioma extranjero nos permite
familiarizarnos con las estructuras y el vocabulario de una forma casi pasiva y
libre de esfuerzos. Además, puede acercarnos a historias que dejen huella en
nosotros, a personajes que nos enamoren o a escritores a los que podemos llegar
a admirar.
Es cierto que no siempre es fácil. La alta literatura conlleva dificultades
para cualquier lector no especialmente ducho en la materia, y mi alemán todavía
no está a la altura de gran parte de los autores. Por eso he querido retomar
una senda que ya empecé en el pasado, y es la de optar por libros que ya he
leído y disfrutado y, a poder ser, con un vocabulario no demasiado difícil.
Elegida ha resultado, cómo no, la saga de Harry Potter, de la que ya leí el primer tomo sin grandes dificultades. De hecho, ahora estoy a la mitad del
segundo y espero acabarlo pronto para comenzar el tercero.
Las ventajas son evidentes. Como ya he dicho, no se trata de una historia
complicada ni de un vocabulario difícil (como mucho hay que estar atento al
campo semántico de la magia, pero en principio no es un gran problema). Además,
ya la he leído tantas veces que la podría seguir en prácticamente cualquier
idioma y, por si fuera poco, son libros que me siguen enganchando y que siempre
querré volver a leer. El único inconveniente que le veo es que no se trata de
una versión original, sino de una traducción… Pero bueno, no tiraré piedras
sobre mi propio tejado y continuaré con la lectura con tanta pasión y
diligencia como hasta ahora.
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