Los libros de texto de inglés son,
sencillamente, sublimes. Todo resulta tan absurdamente cómico que se le pierde
el respeto al idioma. Y el poco que queda huye volando cuando suena la música
de los ‘listenings’. Pero también es curioso lo que te pueden hacer pensar. El
esfuerzo empleado para pensar temas (de los que hablar, de los que escribir, de
los que traducir…) a veces da sus frutos y te encuentras ante unas palabras
que, para qué negarlo, merecen la pena.
Es lo que me ha ocurrido esta tarde. Un
texto de inglés titulado ‘My dream life’
(sí, soy poco original; y no estoy lo suficientemente activo como para pensar
un título distinto) contenía frases como éstas: “Now and again I have bad dreams, but not enough of them to make me
lose my delight in dreaming”, “I like the idea of going to bed and lying still;
and then, as soon as I doze off, by some queer magic, I wander into another
kind of existence”.
El texto me ha encantado porque me
apasiona soñar. Además, tengo la suerte de acordarme de muchos de mis sueños.
Vale, es cierto que a veces resultan un poco perturbadores y despertarse
sudando y asustado en mitad de la noche no es plato de buen gusto. Pero ¿qué me
dices de la sabiduría que está escondida detrás de los sueños? Al fin y al cabo,
son una creación de nuestro subconsciente y ¿quién nos conoce mejor que
nosotros mismos? ¿Quién te puede aportar más conocimientos que tu propio ‘yo’,
una vez te has quitado la venda de los ojos?
Estoy firmemente convencido de que
los sueños son llamadas de atención, avisos que nos gritamos a nosotros mismos
cuando hemos bajado la guardia lo suficiente para escucharlos y escucharnos. Al
menos, es lo que he creído toda mi vida y estoy orgulloso de decir que he
tomado muchas decisiones, y hasta he redirigido el rumbo de mi vida en alguna
ocasión, gracias a estas advertencias que me he dado a mí mismo.
Ahora estoy de exámenes y necesito
sabiduría. Me voy a dormir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario