En una de tantas quedadas
Erasmus, mi grupo de amigos y yo coincidimos con un chico francés
que hablaba muy bien en alemán. Sin acento, sin fallos gramaticales,
sin titubeos. Nos explicó que su padre procede de una región de
Francia que está muy cerca de la frontera con Alemania, por lo que
su dominio de la lengua de Goethe es prácticamente perfecto.
Después de esta
aclaración, alguien dedujo 'Ah, o sea que eres bilingüe'. Él
respondió rápidamente y con fervor que no, que no era bilingüe en
ningún caso y que el alemán no es su lengua materna.
Yo comenté que no creía
en el bilingüismo, algo sobre lo que ya he opinado en el blog. Sin
embargo, esta vez una amiga italiana, que encima estudia lingüística,
me escuchó y tuvo que argumentar al respecto. Dijo que ella sí que
creía y que quienes no lo hacen tampoco tienen motivos para creer en
el monolingüismo.
Interesante. Nunca me lo
había planteado de esa manera.
Es un tema arduo y
complicado... Reflexionaré al respecto y publicaré mis
conclusiones. Que tengas un buen día.
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