domingo, 25 de enero de 2015

El hombre que quería ser feliz, de Laurent Gounelle (traducido por Álvaro Abella)

Por lo visto, Laurent Gounelle es un experto en desarrollo personal y ha conversado con todo tipo de especialistas en espiritualidad, desde sabios balineses y chamanes peruanos hasta neurocientíficos occidentales. Yo no sabía nada de esto cuando saqué el libro de la biblioteca y mi única referencia era No me iré sin decirte a dónde voy (un libro qe me leí hace años y que me entusiasmó), pero es lo que figura en la contraportada.

Efectivamente, en El hombre que quería ser feliz, Laurent Gounelle saca a relucir esta faceta de especialista en esperitualidad y sume al lector en un mundo de positividad, optimismo y aromas orientales. Es casi un manual de autoayuda en el que uno aprende mucho sobre cómo gestionar las emociones y en qué basar las decisiones que tomamos. Puede ayudar al lector en situaciones difíciles y, si no es el caso, al menos le proporcionará unos días de entretenimiento y de lectura ligera.

La verdad es que no tengo mucho más que añadir. Sus 141 páginas se pueden resumir en estas sencillas palabras y, aun así, eso no quiere decir que no lo recomiende. Sin embargo, puestos a elegir, me sigo quedando con No me iré sindecirte dónde voy.

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