martes, 22 de mayo de 2012

No queda sino batirnos


El capitán Alatriste es una de las grandes creaciones de la literatura reciente. El desarrollo de las historias, la intensidad de los personajes y el contexto en el que tiene lugar toda la acción son simplemente sublimes. Especialmente excepcional es mi tocayo Quevedo: uno de los mejores escritores del Siglo de Oro y un personaje carismático donde los haya, tiene como bandera precisamente esa frase: ‘No queda sino batirnos’.
Pero ya hablé de la saga hace poco, en la lista de los mejores libros que he leído este año. Ahora toca hablar del hombre detrás de la historia: Arturo Pérez-Reverte. Reverte para los amigos.
Soberbio escritor y mejor periodista, se caracteriza por su tono irónico y por decir las cosas sin tapujos, a veces de una forma tal vez poco diplomática. Le perdono porque le considero un genio y porque de momento me libro de pertenecer a alguno de los grupos que él cataloga de ignorantes.
En fin. Todos los domingos nos regala un artículo en su columna ‘Patente de corso’ y cada poco nos ofrece parte de su ingenio a través de su cuenta de Twitter. Precisamente fue uno de sus tuits, escrito hace unas semanas, lo que desencadenó la última polémica. Al opinar sobre la película Grupo 7 (que yo no voy a juzgar, básicamente porque no la he visto), dijo que una de los aspectos a destacar era que se veía otra cara de la auténtica Sevilla. “esa otra Sevilla real, turbia, de putas, yonkis, marginación y gentuza que nunca sale en el Hola” (palabras textuales de su artículo ‘Bruto es un hombre honrado’). Sus palabras fueron malinterpretadas hasta el punto de que se llegó a ver por la red el titular “Pérez-Reverte: «La Sevilla real son putas, yonkis y gentuza»”. Obviamente, fue cuestión de tiempo que media Andalucía se indignara y exigiera que se retiraran sus libros de las librerías y que se le prohibiera volver a entrar en la capital hispalense.
Todo es muy surrealista. Primero, porque Reverte no faltó al respeto en ningún momento. Segundo, porque hace poco le concedieron el Premio del Turismo “por difundir positivamente la imagen de Sevilla en el mundo”. Y tercero, porque la ciudad andaluza es el escenario de algunas de sus novelas, incluyendo El oro del rey, una de las mejores de la saga de El Capitán Alatriste.
Bueno, no estoy aquí para defender a Reverte. Ya lo hace él solito, sin ayuda de nadie y mejor que cualquiera. Sólo quería mostrarle parte de mi apoyo. Y si los sevillanos quieren a un escritor con el que indignarse, les presto a mi amado/odiado Dan Brown. Espero que leer La fortaleza digital no provoque demasiadas úlceras.

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