El capitán Alatriste es una
de las grandes creaciones de la literatura reciente. El desarrollo de las
historias, la intensidad de los personajes y el contexto en el que tiene lugar
toda la acción son simplemente sublimes. Especialmente excepcional es mi tocayo
Quevedo: uno de los mejores escritores del Siglo de Oro y un personaje
carismático donde los haya, tiene como bandera precisamente esa frase: ‘No
queda sino batirnos’.
Pero ya hablé de la saga hace
poco, en la lista de los mejores libros que he leído este año. Ahora toca
hablar del hombre detrás de la historia: Arturo Pérez-Reverte. Reverte para los
amigos.
Soberbio escritor y mejor
periodista, se caracteriza por su tono irónico y por decir las cosas sin
tapujos, a veces de una forma tal vez poco diplomática. Le perdono porque le
considero un genio y porque de momento me libro de pertenecer a alguno de los
grupos que él cataloga de ignorantes.
En fin. Todos los domingos
nos regala un artículo en su columna ‘Patente de corso’ y cada poco nos ofrece
parte de su ingenio a través de su cuenta de Twitter. Precisamente fue uno de
sus tuits, escrito hace unas semanas, lo que desencadenó la última polémica. Al
opinar sobre la película Grupo 7 (que
yo no voy a juzgar, básicamente porque no la he visto), dijo que una de los
aspectos a destacar era que se veía otra cara de la auténtica Sevilla. “esa
otra Sevilla real, turbia, de putas, yonkis, marginación y gentuza que nunca
sale en el Hola” (palabras textuales de su artículo ‘Bruto es un hombre
honrado’). Sus palabras fueron malinterpretadas hasta el punto de que se llegó
a ver por la red el titular “Pérez-Reverte: «La Sevilla real son putas, yonkis
y gentuza»”. Obviamente, fue cuestión de tiempo que media Andalucía se
indignara y exigiera que se retiraran sus libros de las librerías y que se le
prohibiera volver a entrar en la capital hispalense.
Todo es muy surrealista.
Primero, porque Reverte no faltó al respeto en ningún momento. Segundo, porque
hace poco le concedieron el Premio del Turismo “por difundir positivamente la
imagen de Sevilla en el mundo”. Y tercero, porque la ciudad andaluza es el
escenario de algunas de sus novelas, incluyendo El oro del rey, una de las mejores de la saga de El Capitán
Alatriste.
Bueno, no estoy aquí para
defender a Reverte. Ya lo hace él solito, sin ayuda de nadie y mejor que
cualquiera. Sólo quería mostrarle parte de mi apoyo. Y si los sevillanos
quieren a un escritor con el que indignarse, les presto a mi amado/odiado Dan
Brown. Espero que leer La fortaleza
digital no provoque demasiadas úlceras.
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