jueves, 6 de diciembre de 2012

Erasmus... coming soon


Si hay una palabra que se asocia con el Grado de Traducción e Interpretación (así, con mayúsculas), ésa es Erasmus. Son muchos los proyectos de traductores que deciden emigrar durante un curso, y son también muchos los beneficios que puede reportar dicha experiencia. A mí me tocará vivirla, Dios mediante, el año que viene. Ya he atravesado todas las fases previas a la solicitud (sólo queda la espera por ver cuál será mi ciudad de residencia en el curso 2013-2014), y las podría resumir así:

FASE 1 – documentarse… y elegir.
Esto es lo que habría escrito en los primeros días:
“Por si mi vida empezaba a resultar poco sencilla, ahora me meto en la aventura Erasmus. He analizado detenidamente los destinos posibles y ME VOY A VOLVER LOCO. Hay muchas ciudades que podrían merecer la pena, pero todas tienen alguna pega: que si la universidad, que si el entorno, que si la posibilidad de no encontrar alojamiento y tener que volverme a casita en octubre…”
Por suerte, al final pude elaborar un top 3 bastante aceptable.

FASE 2 – entregar la solicitud… y cruzar los dedos
“Por fin llega el día en que hay que entregar los papeles de Erasmus. Tengo que ir al banco a pagar, preguntar en secretaría si está todo bien y, tal vez, ir a la EOI para que me den algún titulo o justificante de idioma. En fin, no parece demasiado trastorno para una experiencia que, a priori, me va a proporcionar tanto. Al final he puesto mis tres destinos predilectos en los tres primeros lugares, seguidos de una serie de ciudades casi aleatorias hasta un total de diez.”
Vamos, que aquí no me quedo.

FASE 3 - ¿dudas?
“Tengo ganas de vivir el Erasmus. Quiero saber cómo es la vida en otro país, con otra gente, con la libertad de la que gozan los Erasmus y con las ganas de comerme el mundo. Sólo hay un ‘pero’, y es que siempre me quedará el sentimiento de estar desaprovechando oportunidades, de dejar en Salamanca algo (o alguien) que verdaderamente merezca la pena. En fin, he tenido muchos años para darme cuenta de que la vida no se limita a lo que hay aquí y, llegado el caso, puedo rechazar la beca.”
Es normal no estar seguro, basta con no pensarlo.

FASE 4 – esperar
Los trámites burocráticos y administrativos hacen que las adjudicaciones de destinos no sean definitivas hasta abril. Eso implica una espera de seis meses y muchos nervios cada vez que piensas en la posibilidad de quedarte fuera o de que algo haya salido mal y tu solicitud haya desaparecido. No es mi caso (nunca me pongo en lo peor, soy un tipo optimista), así que el año que viene estaré escribiendo desde Alemania. Y tendré muchas cosas que contar, permanece atento.

1 comentario:

  1. Erasmus en Deutschland :) Prepárate para bicis asesinas y farolas que no alumbran

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