lunes, 22 de abril de 2013

¡A aprender idiomas se ha dicho!


ya sabes que si necesitas ayuda (help) podemos quedar cuando quieras (whenever you want), nos tomamos algo (something) y abordamos a guiris que tengan pinta de hablar inglés (speak English)”.

Evidentemente, éste es uno de esos mensajes que se escriben de broma, para hilaridad del destinatario... en mayor o menor medida. En este caso, el receptor es una aspirante a tener entre sus manos el archiconocido título First, así que su hilaridad fue razonable (o al menos eso me dijo).
Resulta que hoy en día la máxima prioridad de todo el mundo es saber inglés. O, mejor dicho, tener un diploma que les haga creer que lo saben. No estoy sancionando dicha actitud, ni mucho menos. Considero que todo lo que suponga más conocimientos y la posibilidad de conocer a gente nueva es algo totalmente respetable. Sin embargo, ¿cuál es el punto en el que puedes afirmar que sabes hablar un idioma extranjero? ¿Cuántos exámenes tienen que hacerte? ¿Y qué preguntas deben figurar en dichos exámenes?
Se supone que yo, en mi condición de estudiante de Traducción e Interpretación, domino el inglés a unos niveles estratosféricos (tururú, pero a mí me viene de perlas, así que lo dejaremos así). El problema aparece cuando me doy cuenta de la cantidad de palabras que hay en la lengua de Shakespeare cuya traducción o cuyo significado desconozco. O cuando me bloqueo en mitad de una frase y no encuentro la forma de terminarla, entre otras situaciones.
Entonces, si siempre quedarán términos en el tintero, ¿tiene sentido estudiar inglés? La respuesta es un claro OF COURSE (o evidentemente, te dejo elegir). Dominar un idioma extranjero te abre la mente, así como muchas puertas a nuevas experiencias. También te permite hablar con un mayor número de desconocidos y puede salvarte el pellejo en más de una ocasión.
Así que desde aquí te animo a que te pongas a fondo con el inglés (o con el idioma de turno). No te limites a un diploma que no deja de ser un pedazo de papel: vívelo. Lee libros, ve películas, escucha canciones, habla con la gente, viaja y, sobre todo, ponte tus propios límites. Que seas tú quien decida si sabes el idioma en cuestión y no la nota de tu último examen.
De todos modos, mucha suerte para el First.  

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